Trastorno de ansiedad con agorafobia
Algo en mi foro interior me hacía continuar mi particular batalla para controlar la ansiedad, aunque los demás no me entendieran, no me importaba!. Pensaba que aunque tuviera ansiedad o agorafobia, acabaría saliendo de la maldita ansiedad, vaya si lo haría!Que es la ansiedad
Parte III - Capítulo 10
Ya estoy mejor de la agorafobia:
Aquel día, la agorafobia se calmó en cuanto llegué a casa. Pero yo sabía que la solución no pasaba por estar todo el tiempo entre las paredes de mi dulce hogar.
Desde que cogí el tren de la ansiedad, mi mayor afán era mantener mi modus vivendi, seguir con mis rutinas, esas que me daban tranquilidad. Lo de disfrutar con los detalles (por pequeños que fueran) lo dejaba para más adelante, bastante tenía con lo que llevaba encima!.
Como quería seguir trabajando, paseando, comprando sin ansiedad, decidí que lo haría mejor si estaba acompañada, no quería estar sola porque todavía tenía coletazos de agorafobia. No tenía suficiente energía interior, me la hacía llegar a través del exterior. No es que sentara a mi familia y amigas para contarles el plan, lo que hice fue ‘buscar las coincidencias’.
Por la mañana para no ir sola al trabajo conseguí adaptar mi horario con el de mi chico, no quería pensar en autobús, metro, ufff!.
En el trabajo desplegaba mi radio de amistades-confidentes para poder echar mano de ellas en caso de que apareciera una crisis de ansiedad extrema. Al salir del trabajo tenía a mi padre en la puerta esperándome con el coche. ¿Había quedada de amigas? Siempre hacía que alguna combinara en su ruta para que yo no fuera sola.
Me buscaba parches para poder salir de casa acompañada, todo el día estaba rodeada de apoyo emocional que me permitían ir saltando de uno a otro y así seguir con mi vida, como si no tuviera agorafobia.
Eran mis apoyos emocionales para la ansiedad, no me servían para afrontar la ansiedad y encontrar la raíz de mis miedos, pero sí, para ir dando la cara a la agorafobia. Así conseguí salir a la calle y empezar a andar pseudo-sola.
Siempre del brazo de alguien, fui apartando pequeñas dosis de agorofobia, sin juzgarme porque no era capaz de hacerlo sola. Sabía que necesitaba ayuda y que la tenía...era una privilegiada, ya llegaría mi momento de andar sola por la calle, ya llegaría...paciencia!!. Era cuestión de tiempo.
Ahora... recuerda que se aprende a salir de la ansiedad.
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