Es sorprendente ver cómo la ansiedad se cura, casi de un manotazo, cuando destapamos las causas que nos llevan a ella.
Claro que más sorprendente es descubrir cómo la mente nos sumerge en el letargo de la ansiedad, si nota que no estamos preparados para hacer frente al origen de la ansiedad.
Capítulo 20
Sintomas de ansiedad
Os pongo en situación.
Cuando en mi empresa me quitaron los proyectos que estaba gestionando porque no había más trabajo, lo primero que hice, dado que no quería volver a notar ningún sintoma de la ansiedad, fue organizar las ocho horas de la jornada laboral con una agenda inventada.
No fui la única a la que vaciaron de contenidos, eramos un grupo de más de 25 personas. Así que eché mano de la creatividad y le propuse a mi jefe que hiciéramos talleres con temas que nos resultaran útiles a todos. De esa manera las ocho horas no se nos harían tan cuesta arriba.
Sí!. Empecé con fuerza, pero después de 8 semanas mi fuelle se fue desinflando. La apatía y la rumorología con noticias del inminente ERE campaban por la empresa a sus anchas así que sucumbí sin darme cuenta en una crisis de angustia, repitiendo el mismo patrón de hacía unos años.
-"¿Y si esta situación es para siempre?".
Aquí mi mente me estaba jugando una mala pasada con sus pensamientos raros. Me estaba arrastrando hacia una crisis de angustia haciéndome creer que la situación iba durar toda la vida y que yo no podría hacer nada por cambiarla.
Indefensión aprendida
Una mañana, a eso de las 11 noté como mis muros cedían por completo a la ansiedad. Tuve una crisis de ansiedad a lo bestia por la maldita y falsa idea de que tenía que resignarme con mi vida laboral. Es lo que en psicología se llama indefensión aprendida. Salí corriendo hacia mi casa, sin dar explicaciones.
La crisis en el trabajo sirvió para zarandear mis miedos, sólo necesitaba un gran empujón - que no empujoncito - para empezar una terapia para la ansiedad. El codazo me lo dió mi doctora de cabecera, una mujer de armas tomar.
-"Vamos a ver Eva, esto no es la primera vez que te pasa" - Su voz era grave y firme.
Ahora imaginaros mi voz flojita y débil: -"Tengo ansiedad por el trabajo, me ha pasado otras veces. Verás, me tomo un par de días de descanso para calmar la ansiedad , cargo las pilas y vuelvo como si nada" .
-"No!!!!, te voy a dar la baja. Con la crisis económica, los casos de ansiedad han aumentado, pero además, las mujeres somos carne de cañón por nuestra educación. Y en las empresas lo saben. Nos manipulan emocionalmente, para debilitarnos."
Os reconozco que estaba alucinada mientras la escuchaba.
-"Te quiero ver la semana que viene, pero tienes que tomar cartas en el asunto". Su tono seguía estando carente de emociones. Se limitaba a exponer de manera objetiva.
-"¿Has pensado en ir a salud mental?" - Levantó la vista del escritorio y me miró fijamente.
Me noté más flojita y chiquitita que antes. Sólo pensaba en lo que pensarían los demás: "-No quiero!! Si voy demostraré que no he sido capaz de curar la ansiedad, volveré a ser débil... no quiero..."- Protestaba mi mente.
La doctora, leyó mis pensamientos. Os diría que cambio su voz cuando notó que no la contestaba, pero os engañaría. Lo único que hizo fue cambiar la línea de ataque:
-"Tienes una hija Eva. Si no lo quieres hacer por ti, hazlo por ella. Se lo debes!".
Salí de la consulta y me acerqué a la ventanilla donde daban la cita para el área de salud mental. No sé qué le sonaba peor a mis oídos: psicologia o salud mental.
Mientras esperaba a que el chico gestionara el papeleo, pensaba en las palabras de la doctora. Ella tenía razón, era hora de probar. Si me iba mal me quedaba como estaba, pero si resultaba que me iba bien, a lo mejor conseguía curar la ansiedad del todo.
-"Tienes que llevar este papel al edificio que está en frente de la plaza, ¿Sabes dónde está?."
-"¡¡¡No!!!". Contesté.
-"El edificio es el antiguo manicomio..."
Abrí los ojos como platos al escuchar aquella palabra. Y pensar que segundos antes me preocupaba decir "salud mental". Anda con la delicadeza del chico de recepción!!!
Menos mal, que aún me quedaba por descubrir que siempre hay caminos alternativos para llegar a la meta.
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Recuerda que... la ansiedad tiene cura
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"Algunas tildes han sido omitidas intencionadamente"